Disparador
- NoemiUrk
- 3 may 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 ago
Mi cuerpo siente pérdida energética
A veces, mi cuerpo físico ya me va avisando que no está en armonía. Noto como si algo dentro de él se estuviera desencajando. La sensibilidad aumenta, también la incomodidad hacia mí misma y por lo que tengo alrededor... La ansiedad crece, aprieto los dientes. Empieza la desgana y la apatía...
Subidón de energía en el cuerpo
Otras veces, me siento fresca y ligera, con una energía que me supera. No descanso en todo el día. Es una necesidad de estar realizando algo, trabajando, paseando, bailando, escribiendo... hasta el agotamiento. Y no me apetece relajarme, me siento bien estando de esa forma.
Avisos
Tanto el primer caso como el segundo, son síntomas que mi cuerpo no está en calma y que mi hipersensibilididad va a empezar a estar a flor de piel, por lo que cualquier detalle será mi disparador para una crisis emocional.

Son cambios que provocan una montaña rusa que dura toda mi vida. En el momento de subida, estoy plena de energía, me siento pletórica, y en el momento de bajada estoy decaída, apática, con el deseo de dormir todo el día.
Ahora esas subidas y bajadas no tienen picos muy fuertes, normalmente. Recuerdo que hace 20 años todos estos sucesos, en los que mi energía era muy potente y de pronto empezaba a llorar sin poder contenerme, eran mucho más rápidos y pasaban en horas. Y era incontrolable.
He aprendido que si mi montaña rusa sube demasiado, la bajada será fuerte, intensa, y seguramente me provocará una crisis de ansiedad, o tristeza... Y me voy preparando, intento tomarme las cosas con más calma, medito a menudo, intento dormir más (imposible la mayoría de veces), cuido más mi bienestar para encontrar un mayor equilibrio emocional. Para no subir tanto...
Y zas!!! Aparece un disparador y algo me golpea el plexo solar y me devasta.

Puede ser algo tan sencillo que alguien me gire la cara para no saludarme. En ese caso, yo ya estaría preparada porque esperaba "algo" . Estaba preparada mentalmente. De esa manera, me doy consejos a mí misma: "No te ha visto, tranquila", " No se ha dado cuenta", "Sabes que no tiene importancia que no salude", "Sabes que es tu sensibilidad la que le da importancia"...
Pero si el disparador es algo diferente: una crítica de alguien al que estimas, una mala mirada, una comida que no sienta bien al estómago... Hay mil disparadores posibles. Entonces el alma se hace añicos y estás en el fondo de la montaña rusa.
Sólo me apetece estar en cama, no hacer nada. El cuerpo me duele. No me apetece hablar. No me apetece ni mirar por la ventana pero tampoco puedo dormir... Me siento avatida, desgastada.
Y tengo que trabajar para volver a subir, poco a poco mejor. Porque sabes que no puedes subir mucho porque la caída será peor.
NoemíUrk
Mi experiencia personal en TLP
Feliz sabiduría y amor... Y equilibrio.
Comentarios