top of page

Mis cambios emocionales. Cómo voy percibiendo las alteraciones.

  • Foto del escritor: NoemiUrk
    NoemiUrk
  • 28 ago 2018
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 10 ago

Hacía semanas que no escribía. Quizás porque sentía una pausa en mi vida. Una quietud. Un estado latente en el que más o menos me iba manteniendo estable. Mientras sentía cómo mis emociones se iban alterando.


Durante años he tenido que observar mis emociones, analizarlas y estar atenta a mis reacciones. Es difícil y agotador.


A veces, te olvidas, o quieres olvidarlo, pero no puedes. Es inevitable que algún día alguien te pida que vuelvas a apuntar las pautas de tu comportamiento para acertar con la dosis de medicación adecuada.


Y yo, durante estas últimas semanas, he notado cómo mis momentos de alegría se iban volviendo poco a poco más eufóricos, más intensos. Los disfrutaba llena de vida, con máxima alegría. Reía, hacía bromas... Y me daba cuenta que me estaba alterando demasiado, pero no podía contenerme. Y mis amistades me veían, me ven muy feliz.





Al estar sola, intentaba respirar tranquila, tomarlo todo con más calma. Sabía que de un momento a otro mis emociones podían volcarse al lado contrario.


Y claro está, mi cuerpo me ha ido dando avisos. He tenido que contener lágrimas en diversos momentos importantes y en situaciones difíciles en estas últimas semanas. Pero respirando hondo, hablando más pausadamente, he podido conseguir tranquilizarme.


Y a pesar de saber qué me estaba sucediendo, meditar, alimentarme adecuadamente, dormir mis horas... Percibo que mis emociones se desequilibran, que me estoy perdiendo en mí misma. Y a pesar de ello, sigo luchando por mantenerme en la balanza equilibrada.





Pero ayer llegué a casa y empecé a llorar, sí, algo ocurrió, el desencadenante apareció durante la tarde. Una tontería. Quizás. Pero me afectó. Y caí. Y lloré. Y hoy ya me he alimentado de forma inadecuada. He realizado mil cosas para tener la mente ocupada y no pensar y hasta tengo miedo de dormir y soñar.


Ayer sentí cómo palpitaba mi pecho, cómo empezaba la ansiedad... y tenía dos opciones: o me ocupaba todo el día y absolutamente cada segundo con varias cosas a la vez, o caía en la cama sin hacer absolutamente nada.


Nuestro cuerpo siempre nos avisa de lo que está a punto de ocurrir. La alegría tan intensa que notaba y noto estos días cuando salgo, es como una droga que me tomo. Y es un peligro para mi bienestar. Porque contra más subo... más dura es la caída.


NoemiUrk

Mi experiencia personal en TLP

Comentarios


¿Te apetece enviarme un mensaje?

© 2025 Creado por NoemiUrk con Wix.com

bottom of page