La Iglesia de Montgarri
- NoemiUrk
- 2 ago
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Actualizado: 10 ago
Cuando era niña iba de colonias con el colegio y me encantaba las tiendas de campaña, los bosques, los juegos por la noche...
Así que fui creciendo y nunca abandoné mi conexión con la naturaleza.
Tuve una pareja con la que fui por todo el Pirineo. Un lugar apreciado era la Iglesia de Montgarri. Recuerdo que la última vez que la visité estaban arreglando el lugar, ya no tenía el encanto de aquella iglesia abandonada con el cementerio al lado.
Era de muy difícil acceso, casi siempre estábamos solos allí, y era lo que más me gustaba. No había aparcamiento ni acceso a coches que no fueran 4x4. Y sólo estaba la iglesia.
Acabo de buscar fotos por internet, han construido dos edificios. No los conozco. Antes sólo había la iglesia en todo el valle y algo que se podía considerar camino. La foto es de 1993, la realicé la última vez que fui.

La segunda vez que estuvimos allí íbamos con nuestro perro. Así que yo me quedé fuera con el amiguete mientras mi pareja entraba para ver la iglesia. Salió e hicimos el cambio.
Nada más empujar la puerta de madera y dar un paso, sentí toda una energía que salía del techo y de las paredes y venía directa hacia mí. Intenté sostener aquella ola energética que me ahogaba y respiré. Di otro paso y mis ojos ese pusieron vidriosos y empecé a temblar. La respiración se me fue entrecortando y miré hacia el altar. No pude sostener aquella energía, me di la vuelta y salí. Estuve llorando un buen rato y jamás he vuelto a entrar.
Cuando se lo expliqué a mi pareja me recordó que la vez anterior ya me había pasado lo mismo. ¿Por qué has querido entrar? Me preguntó. Yo no lo recordaba.
Seguimos el camino y llegamos a un pequeño pueblo, pudiera ser Baguergue, y fuimos a la fuente a recoger agua.
Allí habian un par de personas del pueblo de avanzada edad. Me deleita escuchar sus historias y empezamos a hablar. Mi pareja se fue lejos.
Me preguntaron que de dónde veníamos y me explicaron una historia: Allá arriba, durante el invierno, era imposible acceder por la gran cantidad de nieve que caía en aquellos años. La última familia que estuvo viviendo allí, tuvo una pérdida, un familiar murió. No podían enterrarlo porque el sacerdote no podía llegar para darle la extremaución hasta que llegara la primavera, así que lo colocaron en el altar de la iglesia. Y allí permaneció todo el invierno hasta que las nieves se fueron. Y dicen que su alma se quedó allí, atrapada en los muros de la iglesia. Y que todavía hoy permanece allí.
Mi cuerpo reaccionó con temblores. ¡Era lo que había notado! Algo que salía de los muros y venía hacia mí.
Mi pareja me metió prisa y tuve que despedirme de aquellos vecinos, muy a mi pesar.
NoemiUrk
Experiencia vivida en La Iglesia de Montgarri, Lleida, 1993
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