El hombre del sombrero
- NoemiUrk
- 25 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 ago
Llevo días sin escribir, pensando en el hombre del sombrero. Cada vez que abro una entrada, vuelvo a cerrarla. Es un tema que pesa.
El hombre del sombrero apareció en mi vida en la vivienda de un amigo. Tendría 18 o 19 años. Dormíamos ese día juntos, la puerta de la habitación estaba cerrada.
Y me desperté sobresaltada gritando. Mi cuerpo estaba al máximo de alerta. Ahí estaba, en el interior de la habitación, junto a la puerta. Todo él era oscuridad, su gabardina, su sombrero negro, sin rostro y, a que a pesar de no ver ningún rasgo facial ni ningún otro, su mirada emanaba energía roja de pura maldad. Era tan alto como el marco de la puerta, era grande. Y se abalanzó sobre mí.
Gritaba y no podía dejar de gritar: "¡Quítamelo, quítamelo de encima!" E intentaba zafarme de él con los brazos en alto.

Mi amigo despertó asustado y encendió todas las luces. Intentó calmarme pero mis ojos estaban abiertos como platos mirando hacia la puerta. Y mis manos pasaban una y otra vez por la piel para quitarme todo rastro de aquel ser.
Tenía tanto pavor que hice que mi amigo encendiera todas las luces de la vivienda. Yo andaba tras su paso y le decía que tenía que estar allí dentro. Mi cuerpo temblaba de miedo. Miramos detrás de las puertas, debajo de las camas, en el interior de los armarios... Lo miramos todo. Y allí no había nadie ni nada.
Durante mucho tiempo ni siquiera pude ir sola al baño por el miedo que me daba aquel lugar. Aquello no había sido un hombre, aquello no era un espíritu, era un ser maligno. Y pasada una semana, hablando de mi miedo en aquel lugar con la hermana de mi amigo, ella me comentó que hacía poco había visto el brazo de un hombre apoyado en el sofá donde estábamos sentadas. Me explicó que un hombre con sombrero la acompañaba al colegio de niña y que su madre también lo había visto. Ella no estaba informada de mi terrorífica experiencia durante aquella noche e hice que detallara aquel hombre con sombrero. La piel se me erizó. Era él.
Han pasado muchos años y sigo sin querer tocar este tema. Pero investigué. La foto que acompaña esta entrada de blog, la he reproducido con inteligencia artificial, intentando dejar constancia de lo que exactamente vi. Pero los ojos... aquel puro fuego de maldad... eso no se refleja. Me da miedo mirar la foto, pero quiero compartir cómo era. El sombrero de ala ancha un poco cuadrada... la gabardina y los hombros un poco subidos... Os seguiré explicando...
NoemiUrk
Experiencia vivida en Barcelona, 1990
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