Un día con visión negativa
- NoemiUrk
- 1 feb 2018
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 17 ago
Una persona normal, un lugar corriente, una ciudad cualquiera… Los vecinos la miran y discretamente apartan la mirada para no tener que saludar. Se encuentra que unos gamberros han estropeado la cerradura de la portería y está todo sucio.
Al salir a la calle, llueve… Los coches pasan cerca de ella sin ningún miramiento, algunos levantan agua empapándola.
Al entrar en una cafetería le sirven el café con mal gusto, sin responder a sus “buenos días”. Y marcha al trabajo. Donde los compañeros harán lo posible por humillarle, y explicarán al jefe mentiras sobre ella por la competitividad y le echarán la culpa de algo que no ha hecho.

Al acabar la jornada laboral, saldrá de nuevo a la calle y respirará otra vez el humo incesante que no abandona nunca la ciudad… El ruido de los motores, los gritos de las personas que discuten… y observa a otros cómo pasan por su lado como si fueran autómatas, sin reflejar nada en sus caras, sólo preocupación.
Decide ir a pasear al mar, ya que ha dejado de llover, ya que hace una semana prendieron fuego a la montaña que tiene cerca y ahora allí ya no queda más que cenizas…
Vuelve a casa desanimada, con los pies sucios, ya que la arena estaba repleta de basura que ha dejado la gente y el agua estaba turbia y sucia.
NoemiUrk
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